
La industria lechera contribuye con el 2% de todos los gases causantes del efecto invernadero en todo Estados Unidos, La mayor parte emana de las vacas y el resto del cultivo del forraje, así como del tratamiento y transporte de la leche.
La leche es analizada en un laboratorio de la Universidad de Vermont para determinar su contenido graso, mediante el cual son calculadas las emisiones de gases digestivos.
Desde enero del 2009, Coventry Valley Farm ha reducido los eructos vacunos en un 13%. Otras granjas alcanzaron una reducción de 18%.