
Tras ser el auténtico rey de los Juegos de Pekín, el estadounidense de 23 años abrió un largo paréntesis alejado de las piscinas para hacer una “desintoxicación de tanta agua”, como más de una vez admitió.
Ahora, desde Riad (Arabia Saudí) en su vuelta a las piletas y a los entrenamientos de cara a su puesta a punto para el Mundial de Roma en el próximo mes de julio, el nadador ha adelantado sus planes de futuro.
“Dentro de cuatro años dejaré la natación y me dedicaré a vivir”, dijo el nadador, que tras los Juegos de Londres tendrá 27 años. “Estos cuatro años de natación que me quedan serán, no obstante, más relajados que los últimos ocho, en los que me he dedicado en exclusiva a nadar”, concluyó Michael Phelps.