Si se gasta el dinero en gastos innecesarios en lugar de necesidades reales o en inversiones, no se tendrá la posibilidad de cubrir gastos de emergencia y ahorrar para el futuro. El uso de los créditos o préstamos personales es un hecho en la vida diaria, y juega un papel muy importante a la hora de la planificación financiera personal y familiar.
Existen diferentes tipos de créditos, como el crédito al consumo, utilizado para las necesidades personales, como la compra de ropa, zapatos, viajes, entretenimiento, diversión, etc. y está el crédito de inversión, para montar un negocio, la compra de vivienda, vehículos, línea blanca y marrón.
Para financiar una inversión personal y que sea beneficiosa para el futuro, hay varias opciones, una opción sería el uso de un porcentaje del sueldo o los ingresos obtenido por el trabajo, otra sería tomar un porcentaje pequeño del dinero ahorrado, y por último el uso de las tarjetas de crédito o un crédito bancario.
Es muy importante que antes de solicitar un préstamo o crédito bancario, se debe programar muy bien, los futuros ingresos y la capacidad de pago del préstamo. Recordemos que el pago oportuno sin retrasos de las cuotas y el préstamo, dará confianza, prestigio y credibilidad crediticia, aumentando la posibilidad de obtener nuevas líneas de créditos o préstamos más grandes en el futuro.
Como regla general, se debe tener la posibilidad de ahorrar una parte de los ingresos mensuales y poder pagar el préstamo, si no se puede ahorrar, no se debe endeudarse más, es conveniente revisar y recortar gastos donde se pueda.
Se recomienda el uso de los préstamos de forma prudente y para la inversión productiva, no endeudarse para cubrir gastos superfluos.