
El aparato, de 1,6 metros de altura, podría estar en las tiendas dentro de dos o tres años, según destacó a la agencia oficial Xinhua Li Ruifeng, uno de los encargados del proyecto.
El desarrollo de este proyecto fue un encargo del Gobierno chino para hacer frente al problema del rápido envejecimiento de la población china, una de las consecuencias de la política del hijo único.
El país tiene 159 millones de personas con más de 60 años, el 12 por ciento de la población total, y el escaso éxito de los asilos de ancianos en el país asiático hace que se necesiten, según los cálculos del Ministerio chino de Asuntos Civiles, unos 10 millones de asistentes sociales y enfermeras para atender a este grupo de población.