Considerando el presupuesto para un alojamiento, surge una idea más bien parecida a la del camarote de un barco o del vagón dormitorio de un tren, los empresarios están apostando a que en tiempos difíciles los viajeros que buscan ser mimados a precios bajos recibirán con los brazos abiertos los microhoteles.
El concepto de una habitación completa de hotel que cabría en el baño de una casa suburbana se ha extendido por toda Europa en años recientes.
Al deteriorarse la economía de Estados Unidos, ha crecido el interés en la idea, especialmente en mercados caros como la ciudad de Nueva York, donde hay menos opciones para viajeros con presupuesto reducido.
El truco, afirmó Sean MacPherson, codesarrollador del hotel The Jane de Nueva York, es hacer de sus 150 pequeñas habitaciones individuales de aproximadamente 5.18 metros cuadrados, un lugar atractivo y especial, en lugar de simplemente restringido.
Sin espacio para muebles adicionales, los huéspedes de The Jane que abrirá en etapas a partir de ahora y hasta el final del tercer trimestre, las maletas y ropa se colocan en espacios de almacenamiento sobre y abajo de la cama estrecha. Un espejo grande y una ventana pequeña ayudan a evitar una claustrofobia potencial.
El toque de microlujo incluye sábanas finas, una pantalla plana de televisión de cristal líquido de 23 pulgadas (58,5 centímetros), un reproductor de DVD, dispositivo para conectar un iPod y acceso inalámbrico gratuito a