Un ciudadano británico, Ben Southall, fue seleccionado finalmente para realizar el mejor trabajo del mundo, que consiste en vivir durante seis meses en una isla tropical australiana y contar su experiencia en un blog, a cambio de 105.000 dólares. En los últimos días, Southall compitió con otras 15 personas de todo el mundo demostrando su talento en la isla de Hamilton para conseguir un trabajo pagado con 150.000 dólares australianos (unos 105.000 dólares) y alojamiento en una lujosa residencia en la playa con piscina y campo de golf.
"Sinceramente no pensaba que ganaría", dijo Southall.
"Había candidatos muy buenos y me sorprendió mucho cuando mi nombre fue pronunciado al final", agregó.
Los jueces se quedaron impresionados con la primera demostración de Southall, quien se tiró en un lago helado de Gran Bretaña para demostrar lo que estaba dispuesto a hacer para promocionar las aguas tropicales de Queensland.
Más de 34.000 personas de 200 países habían presentado sus candidaturas, con la esperanza de ser retribuidos por deambular por las playas de la isla australiana de Hamilton (noreste). Una respuesta muy superior a la esperada, según la oficina de turismo del Estado de Queensland, que vió su página web colapsada por la llegada de centenares de miles de candidaturas.
El "celador" de la isla tendrá por misión tomar el sol, vagar por las playas de arena blanca, explorar los fondos submarinos, efectuar algunos "pequeños trabajos" y alimentar cada semana un blog con fotos y vídeos que servirá de promoción turística del lugar.
Los candidatos tenían que enviar un vídeo en inglés de un minuto explicando cómo promocionarían esa región paradisiaca situada en la Gran Barrera de coral. Con estos vídeos se hizo una primera selección de 50 personas.
La oficina de turismo de Queensland elaboró luego una lista final de quince personas, a la cual sumaron una persona elegida por el público, para pasar la prueba final en la isla de Hamilton.
Los 16 finalistas, que venían de 15 países diferentes, trataron de convencer a un jurado de cuatro profesionales, a través de una entrevista de trabajo y un programa de telerrealidad.
Ante las cámaras de una docena de televisiones internacionales, tuvieron que demostrar sus aptitudes nadando en la piscina, buceando en el arrecife, y disfrutando de la comida.
Los jueces tuvieron que decidir cuál de esos jóvenes y fotogénicos candidatos sería el mejor para promocionar Queensland en el mundo durante seis meses.
El responsable de la oficina de turismo de Queensland, Anthony Hayes, indicó que la campaña había generado más de 110 millones de dólares australianos (81 millones de dólares) en publicidad gratuita.
Con la caída del número de turistas en Australia a causa de la crisis económica, Hayes explicó que esto representaba un estímulo importante para la economía australiana.
"La respuesta cuando las cosas se complican puede ser quejarse o puede ser aumentar la creatividad y la agresividad para tratar de atraer a la gente", estimó Hayes.
"El objetivo de esta promoción es encontrar a la persona perfecta para ayudarnos a vender Queensland, explicando al mundo que estamos muy abiertos a hacer negocios", agregó.