
La tradición de dormir junto viene con la revolución industrial, cuando las personas se mudaron a ciudades sobrepobladas o con poco espacio para vivir.
Antes de la época victoriana era común que las parejas casadas durmieran separadas. En la antigua Roma, la cama matrimonial era sólo un lugar para encuentros sexuales pero no para dormir.
Según el doctor Robert Meadows, sociólogo de la Universidad de Surrey, dijo que "las personas actualmente creen que duermen mejor cuando están en pareja, pero las evidencias muestran lo contrario".
Sin embargo, las parejas se resisten a dormir separados, según se descubrió en el Festival británico de Ciencia, sólo 8% de las personas entre cuarenta y cincuenta años duermen por separado.