La vida del presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva es digna de un guión cinematográfico: un joven nacido en la pobreza adquiere fama como líder sindical contra la dictadura gobernante y llega a ser el primer mandatario de clase trabajadora de la nación más grande de América Latina.
Ahora el director brasileño Fabio Barreto, realiza un filme que llegaría a la gran pantalla el próximo año.
"Lula: el hijo de Brasil", basada en un libro homónimo de Denise Parana, abarca desde los primeros años del presidente hasta su ascenso como un carismático líder a finales de los años 70 para desafiar una dictadura que dominó de 1964 a 1985.
A principios de febrero, Barreto filmó una de las últimas escenas de la cinta en el mismo estadio de fútbol en un suburbio industrial donde Lula rutinariamente concentró a decenas de miles de trabajadores en una época en la que cualquiera que intentara revivir el poderoso movimiento laboral era considerado una amenaza para la seguridad nacional.
"Cuando era joven y escuché a Lula pronunciando esos discursos en la radio, supe que las cosas iban a cambiar", expresó Barreto al describir la importancia de la escena en la que Lula es levantado por sus simpatizantes.
Al día siguiente se filmó una representación del arresto de Lula por parte de la policía militar, que lo esperaba afuera del estadio, bajo cargos de seguridad nacional.
Barreto rodó en Sao Paulo la última escena, que mostraría a Lula saliendo de prisión para visitar a su moribunda madre, según el presidente la persona más influyente en su vida.
Las escenas que cubren la infancia del mandatario se filmaron cerca de la misma ciudad en el noreste brasileño donde el pequeño Lula vivió hasta los 7 años. Era el hijo de un pobre granjero que abandonó a su familia, dejando a su madre al cuidado de ocho hijos.
"La historia trata sobre la superación de obstáculos", dijo Barreto en una entrevista durante una pausa en el rodaje. "Mi trabajo es humanizar la mítica historia de quién es Lula".
Gran parte de la cinta se enfoca en la madre del presidente, Euridice Ferreira de Melo, porque Barreto y Parana dicen creer que de ella el presidente heredó su fuerza.
La madre de Lula, quien se mudó con toda la familia a Sao Paulo, le inculcó a su hoy prominente hijo un instinto de superación ante la adversidad y de mejorar pese a sus raíces humildes, dice Parana, quien pasó 100 horas entrevistando a Lula para su libro y escribió el guión junto a Barreto.
"Dios dice que ese hombre se hizo del polvo", explica la autora. "Esta cinta muestra el polvo del que se hizo".
El presupuesto del filme, de 16 millones de reales (6,9 millones de dólares), es relativamente elevado para los estándares brasileños y llama la atención porque Barreto decidió no solicitar fondos al gobierno, como lo hacen la mayoría de los cineastas brasileños. No quiso que el público pensara que estaba presentando una versión de Lula patrocinada por su administración.
Barreto, quien también entrevistó a Lula en su proceso de investigación, dijo que jamás se le pidió que moldeara el filme de algún modo en particular, aunque se anticipa que será un retrato favorable del mandatario.
En el papel de Lula como un joven trabajador de fábrica y líder sindical en Sao Paulo está Rui Ricardo Diaz, quien nunca antes había actuado en una película pero que trabaja con regularidad en el circuito teatral de la ciudad.
En su preparación para el personaje Diaz encontró que el presidente, pese a ser el hombre más poderoso de una nación de casi 190 millones de habitantes, mantiene la personalidad sensata con la que se identifica el brasileño común.
"Tuve la oportunidad de hablar con personas que lo conocieron por esta época y no ha cambiado", afirmó Diaz con una sonrisa y la voz ronca por dirigirse a la multitud del modo en que Lula lo hacía. "La única diferencia ahora es que él es el presidente de una república".